“Si valoras la marca corporativa con la que colaboras, tanto como la marca personal que lideras estás en la dinámica ganadora en la nueva economía abierta del talento”
Desde hace tiempo se viene considerando a los empleados de una compañía como los mejores embajadores de la marca corporativa, siempre que éstos sientan ese auténtico orgullo de pertenencia que les vincula a la firma para la que trabajan a través de una valoración positiva de los aspectos más relevantes de su relación con aquella (espacio físico, medios disponibles, clima laboral, políticas de recursos humanos y de desarrollo del talento, calidad directiva, conciliación con la vida personal…). El employer branding (del que ya hablé en un post anterior) se encarga precisamente de generar esa imagen de empresa “atractiva” que se convierte en un polo de atracción, desarrollo y fidelización del mejor talento.
Como también he comentado en otras ocasiones, cada persona que trabaja vinculada a un proyecto empresarial es , dentro del modelo de marca personal, un proyecto profesional propio (yo, SL), una marca propia, que puede ( y debería) sumar su propia estrategia de branding personal a la de la empresa, creando una auténtica ventaja competitiva basada en esa unión.
Cuando esta dinámica se produce, es cuando se desarrolla lo que yo llamo, el “doble orgullo de pertenencia” y que se basa en la satisfacción de pertenecer y representar a la marca corporativa (ser un buen embajador de la marca allá donde actúes, hables o te relaciones en su nombre) y ,además, el orgullo personal sobre tu propia marca (ser un “abranderado”, que más allá del autobombo, lo defino como ese sentimiento de sana autoestima profesional, de satisfacción plena por la aportación y contribución que hacemos desde nuestra propia promesa de valor, por el cumplimiento de la misma y por sus resultados).
La nueva gestión de capital humano en las empresas que invierten en talento, debería incluir una estrategia de branding que incluya los dos conceptos, unificados en el doble orgullo de pertenencia, para lograr una sinergia mayor en la que confluyen y se alinean el valor de la marca empresarial (embajadores) y las marcas personales que contribuyen a su solidez interna y a su prestigio externo (abranderados).
¿ necesitan las empresas a los mejores embajadores de su marca? ¿aquéllos que ya son “abranderados” de su marca personal buscan a las mejores empresas con las que colaborar? Yo creo que SÍ.