Tercera acepción según el DRAE: Distanciarse, alejarse de una posición, especialmente en un trabajo o una responsabilidad para librarse de ello o bien buscando destacar.
La regla número uno del posicionamiento de una marca comercial o personal es “sé diferente” pues sin una cualidad real o percibida de que algo o alguien es distinto (más valorado) que otro no hay forma de establecer una marca. En esencia, para desarrollar una marca personal, hay que estar dispuestos a “establecer una diferencia positiva” en nuestro sector o grupo de referencia.
De alguna manera diferenciarse tiene como finalidad DESTACAR, hacernos relevantes en un entorno homogéneo en el que pretendemos sobresalir, ser percibidos como una opción valiosa a tener en cuenta y, finalmente, que seamos elegidos o poder elegir.
Pero vamos un poco más allá, si diferenciarse de una manera positiva es destacar, sobresalir, ¿no es muchas de las veces también, DESMARCARSE, dejar de hacer, decir o pensar como la mayoría y apostar de una forma decidida y valiente por “poner en valor” otra forma de hacer, decir o pensar?
Como decía Steve Jobs, “sólo los que están lo suficientemente locos para creer que pueden cambiar el mundo, son los que lo cambian”. ¿se trata de estar loco? , ¿se trata de “atreverse”, de ser valientes, de superar el rechazo de los demás por ser genuinos y seguir los dictados del corazón o de nuestra razón?
Creo que hay un poco de todo, hablamos de una locura “sana”, y de una dosis especial de coraje para “desmarcarnos” cada vez que lo que creemos posible, válido y necesario choca de frente con la realidad que nos rodea. Precisamente ahí radica nuestra gran oportunidad, el momento de” hacernos presentes” desde lo que somos realmente. Si lo piensas, no se trata de comportarse de manera extravagante, llamativa o de tener afán de protagonismo. Se trata de asumir tu libertad, de aceptar que lo peor que puede pasar es nada comparado con desperdiciar la oportunidad de dejar tu huella única, tu verdad. Todos y todas ya somos diferentes, ¿por qué tratar de ocultarlo entonces, que no se note demasiado? Para ser aceptados, para no ser juzgados, para ser amados…¡ por lo que no somos! De todos modos, muchas veces vamos a no ser aceptados, sí rechazados y no amados a pesar de nuestros intentos por ser “como los demás”. No hay mucho que perder entonces.
Decía Margaret Thatcher que si la única oportunidad que tenemos es la de ser iguales, no tenemos ninguna oportunidad.
Algunas veces, “desmarcarse” es el primer paso para marcar tu auténtica diferencia.